miércoles, 7 de julio de 2010

Cañonero 3









30-6-2010 Mangola-Arusha

Salimos de Mangola hacia Arusha, le cantamos el cumpleaños feliz a Miguel Ángel en el desayuno y después de re-colocar equipajes en el coche iniciamos el safari. La pista, como ya comenté, ha mejorado mucho. Ha dejado de ser un tramo duro para el coche y ahora se ha convertido en una pista africana para disfrutar (va por tí, Boni). La zona llena de baobabs enormes, los aloes en flor, las pitas nos recuerdan a San José (Almería), algunas huertas de maíz, pomas (árboles sin hojas y de troncos retorcidos). Mucha actividad, niños de uniforme a pesar de que ahora no hay escuela, rebaños de cabras con sus cabreros, también de cebús, Mangola sigue creciendo, cada vez más dukas (tiendecillas), billares y baretos. Breve parada en el camino ya que habíamos quedado con Baladí (el herrero) para que nos mostrara algunas piezas de muestra que le encargamos el día anterior, nos gustaron y quedamos en que se las entregaría a Pepe (el cura). Camino de Arusha va cambiando el paisaje, cafetales, grandes árboles en flor, plataneras, palmeras y, en general, todo mucho más frondoso y verde que el año pasado. El cielo despejado y a nuestra izquierda el Monte Meru (más de 4000 m) perfectamente visible. El Kilimanjaro, mucho más atrás, también se distinguía con la cumbre nevada.

Arusha sigue siendo una ciudad bonita con sus antiguas casas pintadas de amarillo y azul, pero ha crecido enormemente y el trafico es imposible. Puedes tardar más de una hora en desplazarte de un barrio a otro. Lo que más llama la atención son las compañías de telefonía, sombrillas con tenderetes de publicidad de “Vodacom” y gente haciendo colas en todos ellos para comprar tarjetas SIM para el móvil, pero también comercio de todo tipo. Llama la atención la cantidad de viveros que hay por todos lados. Hay un montón de hoteles nuevos para turistas, además han instalado un "Shoprite" que es un gran supermercado -sudafricano- en un centro comercial, impensable hace unos años.

Lo primero que hicimos al llegar a Arusha fue ir a Aduanas, teníamos que resolver el asunto del “carnet de pasaje” (es como el pasaporte del coche). Después de tener el Patrol aparcado un año en la misión de los curas, había que cancelar el documento antiguo (ya caducado) y registrar el nuevo. Buscábamos a Mister Novatus (suena a personaje de Axterix pero es africano hasta la médula) nos lo presentó el año pasado Miguel y nos explicó lo que deberíamos hacer este año, entre otras cosas pagar 200 $. Cuando preguntamos por él estaba “missing”. Le llamaron al móvil pero como Larra nos dijeron :“Vuelva usted mañana”. Después de comer hicimos cambio de aceite y engrase a Cañonero para ponerlo en condiciones para la nueva etapa. Al anochecer fuimos al Masai Camp, lugar de acampada donde estuvimos el año pasado. Cuenta con bar restaurante y sala de baile. A Javi le encantaba, sobre todo por el billar y las pizzas. De sobremesa echamos varias partidas; Javi y Pepito por un lado y los demás por otro. Aunque lo intento, el billar sigue siendo inasequible para mí, soy pésima, aún así nos reímos un rato.

Habíamos olvidado lo complicado que es meterse a dormir en el coche. Primero el montaje de cama, cortinillas, sacos, mosquitera, después, subir sin romperte la crisma y por fin acomodarte dispuesta a leer un rato. Definitivamente el libro electrónico es un fracaso. Ha vuelto a quedarse bloqueado sin posibilidad de arreglo estando aquí, después de dos meses de pelea para que me lo arreglaran y también después de que me dieran dos nuevos. NO OS RECOMIENDO A NINGUNO EL EBOOK 6000 DE INVES (la marca del corte inglés).

Lo peor fue intentar levantarse de noche para hacer pis, toda una odisea buscando a tientas en el suelo las zapatillas, enganchándote con la mosquitera y pretendiendo a la vez que no se cuele ningún mosquito, además sabiendo que hay un askari (vigilante) controlando el campamento. Afortunadamente suele estar durmiendo.

1-7-2010 Arusha/Marangu

La noche pasada llovió un poco y aunque habíamos quedado en la oficina de Aduanas las ocho, no llegamos casi hasta las nueve. Tenemos que coger práctica en montar y desmontar campamento.

La sede del Departamento ya nos sorprendió el año pasado por ser un edificio moderno. Aún sigue siéndolo, pero ya ha cogido la pátina africana; todos las sillas de ruedas descuajeringadas, los papeles amontonados y como es habitual, todos los grifos mirando a Lima. Las cisternas todas rotas.

Mister Novatus en esta ocasión estaba en su mesa, con la tensión por los suelos. Parece que se acordaba de Pepito, de la visita del año pasado. Se pasó un tiempo interminable dándole vueltas a los carnets y enredando con su móvil,. Cuando por fin pareció decidirse a coger el boli Pepito le hizo una pregunta intrascendente y se fastidió todo el asunto. Soltó el boli y volvió a su móvil y a darle vueltas a los documentos. Incluso rascó una tarjetita. Pensamos que estaba jugando a la lotería. Después de darle vueltas llegamos a la conclusión de que estaba cargando el móvil.

Después de un tiempo interminable escribió unas frases en un papel, nos mandó a otra oficina, de allí al banco a pagar, de nuevo a la misma oficina y por último a su mesa de nuevo. Lo más sorprendente era que la vez anterior nos dijo que nos costaría dejar el coche todos esos meses en Tanzania unos 200 $ -todo coche extranjero debe pagar 20$ por cada mes que permanece dentro del país- pero ahora lo único que pagamos fueron unos 20 $. Misterio sin resolver, pero por supuesto no pedimos explicaciones.

Estando en África, uno de las cosas que más satisfacción te puede producir, solo comparable a tener un hijo o a que te toque la lotería, es el sonido de un sello estampándose sobre un documento. Llega a ser orgásmico. Pues nosotros en un memento determinado llegamos a oír ese sonido celestial. Un momento de pánico se produjo cuando tras una pregunta inocente sobre el seguro para el coche Novatus empezó de nuevo a inspeccionar el carnet y a leer los países en los que el documento era válido, nosotros a su vez buscábamos desesperadamente Tanzania en la lista sin encontrarla. Casi a la vez el funcionario y nosotros suspiramos de alivio al encontrar por fin la palabrita en otra lista. Creo que Novatus, estaba mucho más preocupado que nosotros, pensando que el inmenso trabajo que había realizado no sirviera para nada.

Más papeleo. Fuimos a una compañía de seguros para comprar una póliza que sirve para varios países de la zona. El currito estuvo sembrado. Sólo se equivocó en el nº de la matrícula, el modelo del coche y en la fecha.

Antes de dejar Arusha, visitamos un centro de artesanía, es algo parecido al African Heritage que había en Nairobi, pero además alberga un gran museo de arte africano. Los muebles y las esculturas de madera no estaban mal, junto con algunos bronces. La parte de pintura, para mi gusto, desastrosa. El edificio por fuera es bastante horroroso pero por dentro da buen resultado (en forma de caracol ascendente). Hay una zona de tiendas muy caras con más de lo mismo.

Pepito, decidió hacer una pequeña revisión al coche antes de salir, ya que notaba que había perdido fuerza en relación al año pasado, de un taller en el que preguntó nos enviaron a otro donde eran expertos en motores de inyección. Ya sé que para algunos todo esto no tiene ningún interés, pero posiblemente para otros sea lo único interesante de mi relato, por tanto, prosigo. Los mecánicos, muy amables, se pusieron a manipular bomba de inyección a martillazos. Se supone que la dichosa pieza debe ser manipulada por expertos de bata blanca casi con guantes de cirujano. Al final deciden que se van a probar el buga y piden que los demás nos bajemos y esperemos allí, y así se hizo, pero a los pocos minutos cerraron el portón del taller dejándonos en la calle y a Luis le entró la paranoia: ¿Porqué tardan tanto?. ¿porqué nos han bajado a todos del coche? ¿porqué el que iba detrás llevaba varias llaves inglesas? ¿posible secuestro?. Al principio nos reíamos y vacilábamos con él pero según pasaba el tiempo Sofi también se iba preocupando y Javi, aunque no lo reconozca. Al final yo no lo estaba pero acabé pensando qué haría si seguía pasando el tiempo y no regresaban. Por fin aparecieron. Se debieron ir a probarlo hasta Karatu pero el resultado fue bueno, el coche mejoró de potencia y además nos cobraron sólo unos 10 € por el ajuste.

En esta ocasión no nos chupamos el atasco habitual para salir de Arusha y decidimos que dormiríamos en Marangu, es un lugar en la falda del Kilimanjaro donde habitualmente paraban los viajes de Adinda. No teníamos mucha esperanza en encontrarlo como era antes, un hotel con mucho encanto donde se permitía hacer camping en el jardín (muchos de vosotros lo recordareis). Lo regentaban dos hermanas mayores blancas, y a pesar de los años de auténtica austeridad en Tanzania conseguía tenerlo todo impecable y servían una cena exquisita pero con los productos que lograban encontrar o cultivar en su huerta. Fue una agradable sorpresa que los cambios que encontramos fueran mínimos y no alteraran en absoluto el agradable ambiente de siempre. Como siempre el hotel tenía bastantes huéspedes. Las dos mamas murieron y es el hijo de una de ellas el que lo regenta ahora, pero ha sido muy inteligente y ha mantenido estupendamente el espíritu del lugar, los mismos muebles, los jarroncillos con flores naturales en las mesas, el mismo estilo de comida, las antiguas fotos de expediciones al Kili…

Dos camareros, Frank y Rhodes, y una mujer askari reconocieron a Pepito e incluso se acordaban de su nombre. También del de Adinda. Fueron encantadores y se alegraron mucho de vernos. Nos dieron recuerdos para ti Carlos. Esta parada en Marangu nos trajo muchos y agradables recuerdos.




1 comentario:

  1. Hola cañoneros: Gracias por los recuerdos. Me pregunto si los del Marangu siguen haciendo ese memorable cerdo asado, del cual la parte mejor era la piel churrascadita, que los que lo sabiamos nos tirabamos a ella como buitres.
    Espero que Pepito os a llevado a la otra orilla del rio, a dar un paseo por los cafetales y a beber un poco de cerveza de palma.
    Buen viaje y mucha envidia desde "el secarral"

    ResponderEliminar