miércoles, 22 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Personajes











Personajes:







En muchas ocasiones hay personajes sobre los que me gustaría comentar cosas pero eso haría que me retrasara en el diario y fuera demasiado largo, pero creo que está bien recordarlos. La idea surgió con el que será el primero de la lista.






1-La abominable mujer de las aduanas.



Cuando resolvíamos los papeleos del coche en Arusha, en la oficina de Mr. Novatus apareció. Era una mujer grandona, no solo por la enormidad de su cuerpo, también porque era extremadamente alta. Sin ni siquiera mirarte causaba pavor. Tenía una cara enorme picada de viruela que intentaba disimular con un maquillaje blanco, los labios muy gruesos de color rojo sangre bordeados por una línea negro carbón. La nariz era un pegotón carnoso con dos inmensos agujeros el pelo muy negro y pegado a la cabeza a base de vaselina salvo un flequillo tieso en forma de cresta. Los ojos saltones estaban maquillados con sombras de morado, rojo y verde muy intensos, pero lo peor y lo que realmente le daba un aspecto terrorífico eran sus cejas. Eran azules, pintadas muy por encima de los ojos y con forma de acento circunflejo, le daban tal aspecto que cualquier pobre solicitante de ayuda o información se lo pensaría antes de acudir a ella. Llegamos a la conclusión de que ese era su modelo de cejas para el trabajo, pero era evidente que debería tener otro muy diferente para ir a la disco o simplemente para ir de compras si pretendía que no se vaciaran los locales con su sola presencia.


2- La gordita feliz.
Todo lo contrario al personaje anterior lo encontramos pocos días despues en (Tanzánia)
Era una mujer todavia joven vestida con llamativos colores y que iba balanceando el trasera con paso cadencioso mientras de sus potentes pulmónes salian notas melodiosas de cánticos religiosos que de vez en cuando interrumpia para pararse a charlar o simplemente saludar a algún conocido. Lo curioso es que a nadie le llamaba la atención ese concierto en directo y cada cual seguía haciendo su vida sin inmutarse lo más mínimo.
Quizás caminaramos tras ella unos tres o cuatro cientos metros y cada veinte se paraba en sus salutaciones para inmediatamente seguir su ruta y sus cantos. Imaginamos que tardaría horas en llegar a destino pero era una gloria verla tan oronda y felíz.

3-Un auténtico showman.


En Windhoek, cuando fuimos al partido de fútbol había un animador mientras esperábamos a que comenzara el match.

Armado con un pedazo de micrófono más grande que él, conectado a la megafonía del estadio, contaba chistes y chascarrillos, cantaba, bailaba y se codeaba con todos los personajillos políticos y deportistas que acudían a hacerse la foto.
Lo curioso es que medía aproximadamente metro veinte. Era la miniatura de un adulto y me pareció un tipo digno de admiración, sin el más mínimo complejo, moviéndose en el escenario como pez en el agua y manejando el público a placer.


4-El "Panga Cut"


Javi decidió cortarse el pelo en un sitio bastante peregrino, Khorixas (Namibia) era apenas un pueblecito con una gasolinera, un hotel, un supermercado y algunas casas pero además una pequeña peluquería. Entraron Sofi y él a cotillear pero sin pensar realmente en cortarselo allí . Javi no pudo resistirse ante el menú de cortes que le ofrecían y quedó fascinado ante el "panga cut" (corte a machete) y se decidío. El peluquero oficial empezó a dar vueltas a su alrededor nervioso y sin saber como incarle el diente a esa cabeza, después de mucha cavilación y más vueltas decidió pedir socorro y llamó por teléfono a un colega que tenía maquinilla y experiencia con cabellos intratables.
Al final lo que consiguieron fue pasarle la cortapelos a toda la cabeza por igual dejandole al uno, eso si muy fresquito y además le sirvio para charlar y hacer amigos.



5-El Pequeño Aduanero


En cierta ocasión hablábamos de que es fácil adivinar la profesión que ejercerá un niño cuando sea adulto, se ve en el ademán, en la expresión. En resumidas cuentas, se lleva en la cara.



En la pista de Petauque se acercó a saludarnos un chavalin de unos tres o cuatro años gordito casi sin cuello. Se paró en seco según pasábamos y muy serio con una voz más que ronca, cavernosa nos espeto un "hello" que no correspondía en absoluto a su tamaño; al instante Pepito dijo: "aduanero" y así paso a ser "el pequeño aduanero" personaje que aparecía y en un buen número de nuestras conversaciones. Nos lo imaginábamos detrás de una mesa en un puesto fronterizo con un sello en la mano cara de malas pulgas y puteando al personal.




6- "Winnie" la corrupta.


Al llegar al South Luangwa National Park -Zambia- Luisito y Yo decidimos entrar a ver bichos a pesar de que eran las tres o cuatro de la tarde. Cuando pasamos por la caseta donde se pagan las entradas le dije a la mujer que había allí -Winnie- qué podíamos hacer para abaratar el coste. En teoría debíamos pagar la entrada de día completo para estar un par de horas. Entonces ella contestó con toda naturalidad y con una soltura tremenda: "Me pagas la mitad, no te doy recibo y asunto solucionado". Yo esperaba algún tipo de tarifa especial, de medio día o por horas o algo así, pero ni me lo pensé. Acepté y quedé para repetir la operación al día siguiente con todo el familión.



Por supuesto me dio instrucciones para el caso de que algún inspector nos pidiera los billetes. Había que decir que habíamos entrado muy temprano, cuando no había nadie en la caseta y que pensábamos pagar al salir. La corrupta Winnie lo tenía todo organizado. Esta no era la primera vez que hacía el "truco".

Y así fue cómo entre Winnie y un servidor (esto lo escribe Pepe) protagonizamos un pequeño fraude al gobierno de Zambia.




7-El Gran Aduanero



Pero también tuvimos nuestro "gran aduanero". En la frontera entre Mozambique y Sudáfrica en Lebome, apareció el que parecía el papá de nuestro personaje anterior. Gordo, sin cuello y serio. Revisaba los equipajes y contamos al menos siete cremalleras que murieron en sus manos. Bolsa de viaje que abría, cremallera destrozada. En cuanto la rompía debía de sentirse mal y abandonaba al momento la búsqueda de contrabando. Se tomaba muy en serio su trabajo y tenía gran empeño en pillar productos prohibidos pero tenía que luchar contra sí mismo -patoso de tomo y lomo- ya que al estropear los equipajes parecía sentirse incapaz de seguir con su investigación pensando que la penalización que llevaban sería suficiente.















8-"El risas"



Es el apodo que pusimos a otro de nuestro personajes porque no llegamos a saber su nombre. Estábamos comiendo en Gumare (Botswana) en un pequeño restaurante, había algunos comensales en el local, Javi entró canturreando haciendo un poco el ganso y uno de los clientes, muy alto y guapo y vestido impecablemente tuvo una especie de crisis. Empezó a reírse pero intentando disimular y cuanto más lo intentaba más problemas tenía para calmarse, se giraba mirando hacía la calle y podíamos observar sus hombros arriba y abajo. Pasó a intentar camuflarse tras el periódico sin ningún resultado. Nosotros nos olvidábamos a ratos de él, comíamos el copioso plato que nos sirvieron y seguimos charlando pero de cuando en cuando nos acordábamos volvíamos a echarle una miradita y el pobre continuaba luchando contra esa risa indomable. Llegamos a plantearnos si no sería un problema mental, aunque su aspecto lo desmentía.



Yo solo he tenido dos ataques de risa siendo adulta de ese tipo y realmente le compadecí porque no se puede controlar, pero por otro lado reírse es disfrutar y estos ataques se recuerdan siempre con una sonrisa en los labios.


9-El cazador de mosca Tse-Tse


Ademas de la profesión de ahuyentador hay otras también simpáticas como es la de controlador de la mosca tse-tse. Al sur de Zambia nos pararon en un control, un hombre con una bata blanca impoluta armado con una especie de caza-mariposas pero que en esta ocasión era un caza-mosca tse-tse en una mano y en la otra un spray. De esta guisa y muy serio y a la vez aburrido daba una vuelta al coche, se metía en el interior a la caza y captura del terrible insecto.




10-Tom (El Turco)



El mismo día que conocimos a Miguel y Rhett conocimos al Turco. Nos ha dado muchísimo juego y prácticamente todos los días aparece en nuestras conversaciones.

Acampaba solo a nuestro lado. Un hombre aproximadamente de nuestra quinta, bastante agraciado físicamente, se acercó a preguntarnos si habíamos venido en el coche desde España. Él pretendía ir a Turquía desde Namibia que era donde vivía. Nosotros teníamos información interesante sobre la ruta hacia el norte. Le respondimos brevemente que sí y prácticamente no pudimos abrir la boca en las cerca de tres horas que estuvo con nosotros.

Era casi un superhombre, llevaba 17 años en Namibia, se caso con una Namibia, enviudó; por tanto disponía de dos pasaportes. Hablaba perfectamente 4 o 5 idiomas. Tenía una granja de cabras en Namibia y otra granja (la familiar) en Turquia. Estaba construyéndose un Lodge en el Sur de Namibia. Todos las semillas labradas, de las que más tarde estaba abarrotado el país para vender a los turistas, eran suyas, las confeccionaban niños de una inclusa que el regía. Todo lo relacionado con la exportación de abalorios de cáscara de huevo de avestruz y de gemas semipreciosas también era asunto suyo. Una carpeta de información turística (a la mañana siguiente nos dio una y la verdad es que estaba muy bien) sobre el país, con mapas lugares de interés, por supuesto la había hecho él. Trabajaba en radio y en televisión.

Era entretenido contando las cosas y Sofi y yo le prestábamos atención, Pepito totalmente rabioso. El remate fue la parrilla. Era el primer día que comprábamos carne para hacer a la brasa, Pepito en el genuino estilo "apañao" (Jua Kali) que le caracteriza confeccionó una con uno de sus materiales predilectos “el alambre” (enviamos una foto en su día para que os hicierais una idea). Cuando íbamos a colocarlo sobre las brasas (por supuesto el metió mano porque a nosotros nos salía llama y se notaba nuestra evidente falta de experiencia en la materia) la rechazó ("Quita eso de ahí", dijo) y trajo una suya muy profesional. Al final la carne del “enterao” se quedó seca como el esparto. Pepito cada vez más rabioso decía "menudo payaso", pero por supuesto guardando la compostura.

Habíamos discutido ese mismo día sobre cuales eran las 7 maravillas y a Sofi se le ocurrió preguntarle. Por supuesto no tenía ni idea, como nos pasa a todos, la muralla china, las pirámides.pero de saberse las siete nada de nada, pero el por supuesto se las sabía todas y dos de ellas eran en Turquia.

Por supuesto nos puso al día en lugares que debíamos visitar, campings, comidas, calzado que deberíamos comprar…

y por todo lo anterior dicho, cada día, hay algo que nos hace recordar “como decía el turco” .



11-Steven "El Ahuyentador.


Aunque parezca un título de película de Schwarzenegger, no lo es.

Solo en África puedes encontrar a un tipo que cuando le preguntas a que se dedica te responde que a ahuyentar.


Cuando estas acostado, en el Croc Camp frente al S. Luanga National Park (Zambia) y por la noche escuchas barullo, gritos, golpes metálicos, no se trata de ninguna fiesta ni de que alguien se haya tomado unas copas de más. Te preguntas que qué esta pasando. A la mañana siguiente encuentras la explicación.


Steve te cuenta que su trabajo consiste en pasar la noche en vela para que los elefantes y los hipopótamos no monten un cristo de órdago.

Los elefantes, son más peligrosos en cuanto a los desmanes que ocasionan con los árboles, plantas y mobiliario. A pedradas en la cabeza es como se hacía Steve con los mandos, pero los hipos dan más guerra porque se cuelan en la piscina (que es poco más grande que uno de ellos) y es muy complicado sacarlos de allí. Para evitarlo Steven el Ahuyentador pasa sus noches, haciendo ruidos de cacerolas y gritos de todo tipo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cañonero 66







Este es un resumen del viaje frenético que llevamos Luisito y Yo (Pepito) desde que dejamos a Alegría, Sofía y Javi en Maputo:
Salimos zumbando de la capital de Mozambique a base de jornadas de coche de sol a sol.
Me ha encantado empezar a conducir de madrugada, todavía de noche, circulando por la carretera y atravesando pueblecitos a la hora del amanecer, cuando todo empieza a cobrar vida.
Paramos un día entero en el Parque Nacional de “Gorongosa”. Se nota que se está recuperando de los largos años de guerra. Tras recabar información acerca de las carreteras del norte de Mozambique decidimos tirar por la costa directamente a Tanzania en lugar de pasar a Malawi. Se trata de una zona remota y que de momento apenas ha sido tocada por el turismo. Se atraviesa el Zambeze, el Limpopo y otros ríos de tamaño “familiar”. Los paisajes de arboleda se convertían en palmerales cuando la carretera se acercaba a la costa.
Entramos a Tanzania por el puente nuevo sobre el río Ruvuma. Ha sido inaugurado por los presidentes de ambos países en Mayo de este año y apenas tiene movimiento.
Pasada rápida por Dar es Salaam con atascazo incluido. Llegamos a la meta,
Arusha, el martes el 31 de Agosto. Los curas tenían que traer a esta ciudad
a dos españoles un día y medio después con lo que decidimos no ir a
Mangola y esperarlos para hacer la transferencia del coche. Aprovechamos
para visitar el Parque Nacional “Tarangire” (sugerencia de Luisito). Al día siguiente,
mientras Miguel venía con los dos españoles, Luis y yo empezamos la
tramitación con Novatus Rumanyika, el Jefe superior de Aduanas. Si la gestión que hicimos en Junio Alegría y Yo fue lenta y ridícula, la de esta vez ha sido de alucinar. Toda la mañana para estampar el puñetero CPA (el pasaporte del coche) en el más genuino estilo africano: es decir lento y mal hecho.
Total que para cuando llegó Miguel la gestión estaba hecha y tras hacer entrega de las llaves del coche -donación para la misión de mangola-
nosotros salimos escopetados a pillar el shuttle bus a Nairobi.
Llegada a la capital de Kenia, noche en el camping y de madrugada matatu al centro de la ciudad a pillar el primer bus a Kampala. 14 horas de “guagua”. Al llegar
empalmamos con otra que iba a Kisoro. 9 horas de bus nocturno con 5
asientos por fila y confort africano a tope. Intentamos pasar a Ruanda
a ver gorilas pero no nos dieron la visa. Había que haberla solicitado por
Internet (asquerosa Ruanda). Volvimos de la frontera a Kisoro (unos 10 Kms en taxi-moto), donde también se organizan visitas a los gorilas y tuvimos la suerte de
encontrar una plaza para el día siguiente. Objetivo cumplido, ¡Luisito podría ver los gorilas!. Hecho esto, agarramos el bus nocturno de las 7 PM para pasar otra nochecita toledana de vuelta a Kampala y ya de madrugada empalmar con otro autobús hasta Nairobi.
El día siguiente lo dedicamos a las consabidas compras (de kikois) y por la noche avión de vuelta a España.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cañonero 65














































Generalidades sobre Sudáfrica.


En general, las cosas en el país siguen funcionando, no sé como estarían antes pero ahora nos ha sorprendido la eficacia y nivel que tiene. Todo está limpio y bien mantenido. Buenas carreteras. El País está preparado para turismo de calidad y a precio muy asequible.
Al menos aparentemente las cosas están tranquilas y la convivencia es buena.
El sudáfricano negro es generalmente tranquilo y afable; bromea con facilidad. Durante el mundial estaban a favor de España y nos felicitaban en cuanto conocían nuestra nacionalidad.
Los blancos son gente aguerrida, robustos e incluso a veces parece que hacen alarde de su constitución física, otra cosa llamativa es que les encanta ir descalzos, en los sitios más insospechados, comprando en un supermercado, comiendo en un restaurante o andando por la calle, da igual que haga frío o calor, los zapatos les sobran. Mueren por una "braai" (barbacoa) y buscan cualquier escusa para comerse unos kilos de carne. Los parques nacionales están llenos de jubilados blancos (les hacen precios anuales muy baratos) y pasan los fines de semana en los campings viendo animales y comiendo chuletas.
Se quejan de que tienen ahora las cosas difíciles y que el paro hace estragos entre ellos. Dicen que hay prioridades: discapacitados, mujeres negras, hombres negros, mujeres blancas por último hombres blancos. Muchos están emigrando. Nos sorprendió ver a un cobrador de matatu (minibus) blanco, eso en África hasta ahora era desconocido para nosotros.
Por supuesto aquí puedes encontrar absolutamente de todo.
Otra curiosidad es la cantidad de lugares con el nombre de Fontain (fontain).
Llama la atención que la mayoría de los coches son pick-up pero luego los cierran con una capota de fibra o plástico de manera que las convierten en rancheras. Quizás así salga más barato pero para nosotros sería más lógico que compraran rancheras directamente.
Debe haber un exceso de armas. Al parecer en una semana se consigue la licencia. Según los locales es muy sencillo y eso hablando de las legales porque por lo visto es muy fácil comprarlas en la calle.
En general la gente es amable y siempre que hemos tenido dudas nos han ayudado.
Aquí se hace dedo, cosa que nos sorprendió porque llevábamos muchos años sin verlo.
Más que Namibia o Botswana, Sudáfrica mantiene ambiente africano (mercados, gente en las calles, música...) a la vez que funciona y tiene todo lo que podrías encontrar en cualquier país europeo. Esta mezcla hace que sea francamente interesante. Si a esto añadimos lo maravilloso de sus paisajes, no es extraño que Sudáfrica pase a ser otro de los lugares a los que pretendemos volver con más tiempo.

Cañonero 64
































25-8-2010 Johannesburg-Cairo-Madrid

Pasamos la mañana en Soweto, nos llevó Captain y fuimos a ver el museo del apartheid que, más que nada, es un museo dedicado a Mandela. También el estadio de fútbol que por supuesto maravilló a Javi.
Soweto no me sorprendió demasiado. Salvo una zona pequeña de chabolas, el resto era mucho mejor que cualquier extraradio de cualquier otra ciudad africana. Javi quería hacer una última compra y fuimos a un par de centros comerciales, uno inmenso en el mismo Soweto. Mientras esperaba a que miraran las tiendas se me enrollaron cuatro o cinco chavales que estaban trabajando, vendiendo no sé qué servicios. Mostraron mucha curiosidad por nosotros y nos preguntaron infinidad de cosas. La gente con la que topamos en las tiendas también muy simpática. Nos sirvió para hacernos una idea de cómo era la zona y sobre todo para seguir intercambiando información con Morgan. Hablamos de política. En su opinión las cosas no están mal, el asesinato de un granjero blanco -suceso que tuvo mucho eco en los medios de comunicación poco antes del Mundial- fue perpetrado por dos incontrolados que han sido juzgados y encarcelados y, por su lado, nos habló de la represalia por parte de los boers. En resumidas cuentas, otra visión totalmente distinta a la de Rehtt. Era optimista y consideraba que las cosas, aunque con dificultades, iban progresando. Comimos en un restaurante que en su momento era para locales, pero ahora sus clientes habituales son blancos. La comida estuvo bien. Un músico la amenizó. Javi y Sofi estaban encantados. La tarde la pasamos con el ordenador y jugando varias partidas de billar con Javi. Por supuesto no gané ni una. Todo llegará.
A las seis vino a recogernos Captain para ir al aeropuerto. Se presentó de sport, con una camiseta ajustadísima que permitía apreciar su musculatura con detalle. Los músculos del antebrazo reventaban las mangas. Ante esta visión Javi quedó deslumbrado y empezó el interrogatorio de nuevo. Por supuesto se machacaba en el gimnasio y nos contó que trabajaba también de guardaespaldas y como escolta cuando trasladaban diamantes y en el casino para proteger a los clientes que ganaban grandes cantidades. De pronto estábamos con un auténtico protagonista de películas de acción, nuestro Swarzenagger particular, contándonos que tenía que llevar arma aunque no le gustaba nada y que a veces había tenido que romper algunos dedos. Era un hombre tranquilo, al que no le gustaban nada las pistolas y detestaba la violencia. Era hijo de un pastor y no había probado ni una gota de alcohol en su vida. La fascinación de Javi iba en aumento. Llegamos al aeropuerto sin atascos y por un recorrido fuera de la autopista que nos permitió ver otros barrios de Johannesburgo. Nos despedimos. Había sido un guía muy interesante y entretenido. Nos dió su tarjeta y página web por si alguna vez necesitábamos un guardaespaldas. Todos los trámites y facturación los hicimos sin problemas y de manera rápida. El aeropuerto moderno, enorme y muy nuevo. A las 10,30 subíamos en el avión que nos llevaría a El Cairo a donde llegamos sobre las 5,30 de la mañana. Allí tuvimos que esperar hasta las 11 para coger el vuelo a Madrid. No se nos hizo demasiado pesado por el espectáculo de gente diferente que pululaba por allí, una mezcla sorprendente de razas y colores. Aprovechamos para mirar el mail desde un pasillo donde había Wifi. A la hora prevista, 3 de la tarde, aterrizábamos en Madrid con un calor que no esperábamos.
Este era el final de un viaje que había sido aún mejor de lo que esperábamos y que no olvidaremos ninguno de los cinco.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cañonero 63




















24-8-2010 Maputo-Johannesburgo


Salimos de Maputo a las siete de la mañana, el bus era moderno, de dos pisos. Íbamos preocupados por lo que nos esperaba en la frontera, huelga de funcionarios de inmigración sudafricanos, pero hubo suerte, no había cola y fue bastante rápido el papeleo. Sólo nos dio la lata un aduanero que quiso ver el contenido de los cestos que habíamos atado a conciencia (pensando que si nos pedían abrirlos en Madrid cortaríamos la cuerdas y listo). Después de un rato de quitar nudos levantó un poco la tapa y se quedo satisfecho. Todos lo viajeros nos entretuvimos ese rato comiendo mandarinas porque encontraron en el remolque de equipajes algunas frutas y no permiten meter ningún producto agrícola en sudáfrica. Durante el camino me llamaron del backpackers para decirme dónde nos recogería el taxi y los datos del taxista, pero cuando llegamos no había nadie esperando. Volví a llamar y a los dos minutos apareció un tipo que nos dejó boquiabiertos. "Captain Morgan" es el personaje. Un tipo enorme perfectamente trajeado e impecable, muy negro con una barbita de esas que parecen pintadas. Cogió un cesto como quién coge una pluma y, muy educadamente, nos condujo hasta el coche. Después de Cañonero, espanzurrarse en un Mercedes con asientos de cuero nos parecío el súmum. Captain se mantuvo muy correcto, nosotros íbamos fijándonos en la ciudad y de vez en cuando le hacíamos alguna pregunta. Quedamos en que al día siguiente iríamos a Soweto. Como nos hacía buen precio lo haríamos con él.
El backpackers resultó ser un chalet en una zona residencial, en esos días estaba casi vacío y los chavales que trabajan allí, encantadores. Como fin de fiesta cogímos una habitación triple con una buena cama doble para mí y unas literas, no tan buenas, para Sofi y Javi.

Fue muy curioso. Al preguntar dónde podíamos cenar nos mandaron a una zona de restaurantes cercana y nos aseguraron que podíamos ir andando, que no había el más mínimo problema, y así fue. Resulta que lo que no se puede hacer en la gran mayoría de las ciudades africanas se puede hacer en esta zona de Joburg, con el prestigio de criminalidad que tiene, con total seguridad.
Cenamos en un italiano agrable, con mucho diseño. Hasta me tomé una copita de vino. Estuvimos recordando cosas del viaje, nos reímos y lo pasamos muy bien. Fue una buena cena de despedida.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cañonero 62













Generalidades sobre Mozambique


Como me pasa en otras muchas ocasiones no consigo tachar un país de mi lista de sitios a los que tengo interés en ir, porque visitándolos como ahora, sólo consigo ponerme los dientes largos y querer ver más.
Han sido muy pocos días y con demasiadas gestiones tediosas que resolver pero me ha servido para asegurarme de que mis intuiciones, unidas a los comentarios de aquellos que lo conocían, no eran erróneas.

Es un páis que promete mucho más de lo que he podido conocer y aún así lo que he visto me compensa con creces el estrés que supuso llegar hasta aquí.
La costa es magnífica, pero además Maputo es una ciudad con encanto, muy diferente a otras muchas africanas que no tienen nada especial ni interesante que ver.
Paisajes, arquitectura, gastronomia y el idioma portugués, ya son suficientes motivos como para sentirse interesado.
Es un país africano a años luz de su vecino sudáfrica y que empieza ahora un tímido despegue económico buscando abrirse al turismo.

Como contrapartida la corrupción y la polícia son un pestiño, pero es también la principal demostración de que estamos en Africa y te da oportunidad para contar anécdotas.
Mozambique parece ser un país donde la gente está a verlas venir, pero siempre suavizado por un clima y un paisaje que hacen la vida más llevadera.

Una de las aficiones que vimos en Maputo es lavar los coches. Gastan un tiempo y una energía enorme en este quehacer, por todos lados, en la playa, en cualquier calle o plaza de Maputo hay montones de gente abrillantando magníficos carros de segunda mano importados de Dubai, aunque todo lo que les rodee sea basura y escombros. Eso si, el coche impoluto.
La gente es amable. Te ayudan si lo pides, pero si no, te dejan tranquilo y no muestran ningún interés por tu persona. Esto es de agradecer.
Lo dicho, Mozambique queda pendiente para otra ocasión en la que tengamos tiempo suficiente.