jueves, 15 de julio de 2010

Cañonero 9













6-7-2010 Kyela-Kande Beach

A las 8 de la mañana, en marcha, el desayuno estaba incluido. El hotel era nuevo y queriéndose tirar el rollo de tener lo último. Por supuesto, lo último no funciona ni el primer día, como la ducha con hidromasaje, que no supieron ni instalar. Antes de acabar las obras ya tenía fallos irreparables.
Nos preparamos para pasar la frontera; pasaportes, seguros, papeles del coche, carnet de pasaje, dinero, listas de pasajeros y bolígrafos. El camino por donde llegamos ayer, lo repetimos hoy y como estamos mucho más descansados y es de día, lo disfrutamos. Palmeras, enormes mangos, plataneras, la temperatura adecuada, el cielo con alguna nubecilla pero prácticamente despejado. Muchos ciclistas. La tierra roja contrastando con la vegetación verde. En la frontera, una vez pasada la barrera de los cambistas, todo tranquilo. En Malawi, tienen el detalle de no cobrar visa, Fue un paso fronterizo fácil y rápido. Cuando ya estábamos relajados, el primer control de policía. El madero jefe, fumado (de mariguana) hasta las cejas, nos dice primero que el carnet internacional de conducir no servía para Malawi; después, cuando vio que no colaba, multa de 1500 kwachas porque no llevábamos en los parachoques del coche unas pegatinas reflectantes que son obligatorias en este país. No estábamos por la labor y poco a poco fueron bajando. Pepito les decía que cómo le querían hacer eso en un día tan especial en que jugaba España, que le iban a hacer llorar, ellos siguieron la broma que cómo, les quería hacer eso en el día de su independencia…al final, con mucha paciencia por nuestra parte, nos pidieron que les invitáramos a unos refrescos, un par de Euros. Al final accedimos, la discusión se podría haber alargado demasiado. Otro partido de España en el Mundial de Sudáfrica nos esperaba.
Uno de los polis me dijo que yo tenía un marido muy listo; la verdad es que son situaciones que pueden ponerse muy feas si te asustas, te enfadas o no tienes experiencia. Eran una panda de malencarados y las drogas no ayudan nada, pero se consiguieron las risas, esenciales para una buena negociación. Negarte a pagarles lo que piden y estar riéndote a la vez no es fácil.
Poco después, otro control, pero esta vez nos dejaron continuar. Teníamos una larga jornada por delante si queríamos llegar a tiempo para que vieran el partido (esto del futbol, es un rollo, pero estaban todos nerviositos y lo disfrutaban) y al paso que íbamos parecía que lo tendríamos complicado.
La carretera, por otro lado no estaba en las mejores condiciones. Muchos agujeros y las rayas sin pintar.
Otro control, sin consecuencias pero haciéndote perder el tiempo.
Parece que este año ha habido una buena cosecha de cereal, por todos lados está extendido sobre sacos en el suelo secándose.
Poco después de Karonga, la carretera mejora y ya esta pintada. Y de nuevo otro control , el policía muy sonriente nos `preguntó, What did you bring from Spain to me?” (que qué le habíamos traído de España como regalo,) Pepito le contesta “The present that I have brought to you has been taken for another police officer in the previous road control. Go there and claim it if you want” (que lo que tenía para él se lo ha quedado un compañero suyo cerca de la frontera, que fuera allí y le reclame su parte). Todo esto con una sonrisa de oreja a oreja. Nosotros cuatro nos quedamos cuajaos y el policía boquiabierto, pero reacciono bien; sonrió y nos dijo que siguiéramos. Los tres Yanes, dicen que quieren ser como su papá cuando sean mayores.
Vamos pegados al lago lago Malawi, que da nombre al país), se ven de vez en cuando playitas con secaderos de pescado construidos con cañas. El lago es magnífico, enorme, parece un mar. La ruta avanza hacia el sur intercalada con poblados, mucha gente en el camino, niños, cebús, cerditos, monos de huevos azules, campesinos… Nos separamos de la costa, y subimos un puerto hacia Mzuzu, el paisaje cambia completamente convirtiéndose en selva de montaña, subimos hasta 1100 mt, el GPS, parece que ahora funciona pero a veces se le queda la pantalla como los ojos del maestro de Kunfu. Pasamos cerca de una mina de carbón, Pepito se acuerda mucho de Santos, ya que este recorrido lo hizo con él.
Escuchamos, en honor a Pascal, "Ça plane pour moi".
Pasan mujeres cargando enormes hatos de leña en la cabeza y por supuesto con el churumbel a la espalda. Los papayos, aquí son de tronco grueso, y cargan grandes racimos de frutas.
Circulamos a buen ritmo. Vamos escuchando el "Twist and shout" de los Beatles en honor a Luis Carlos.
Mzuzu es una ciudad de buen tamaño, de allí a Mbanba Bay la carretera empeora, curvas, pero no hay gente, ni coches. Parece una zona próspera. Las casas son diferentes, construidas con ladrillos de adobe muy rojo que no enfoscan, pero son muy decorativos. Llegando a Kande Beache, los niños venden pelotas hechas por ellos, que botan un montón. La imagen, de esta zona es la del África antigua, las campesinas visten sus telas de colores, cargando grandes fardos.
El camping, (aunque también tienen cabañas) esta en un sitio espectacular, bien decorado aunque para mi gusto demasiado poblado, muchos camiones de overlanders y todo demasiado encauzado para sacarte el dinero, y todo caro. Pasamos un montón de rato Sofi y yo intentando subir nuevas entradas en el blog, pero Internet iba lentísimo y además de no conseguirlo nos costó una pasta. Se habían equivocado los que nos informaron y el partido de España no era ese día, sino el siguiente. El sitio, a pesar de lo dicho era muy gustoso, con mesa de billar para satisfacción de todos, pero en especial de Javi. Pasamos la tarde remoloneando. Intentamos dar un paseo hacia la aldea y comprar algo de fruta, pero según salíamos del recinto se nos abalanzaron un montón de pesados para vendernos hasta su alma. La mariguana es aquí muy usual y todos los que la venden son unos malos de cuidado. Nos dimos la vuelta. No nos apetecía nada pelear, regatear ni dar conversación. Por la noche mis compañeros de viaje vieron no sé que partido mientras yo escribía.

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