viernes, 30 de julio de 2010

Cañonero 32





























26-7-2010 Etosha-Twyfelfontein

Después de varios días de llanura, aparecen montañas en el horizonte. Campos plagados de termiteros rojos que parecen haber sido colocados por un experto paisajista.
Paramos a hacer compra en Outjo, un pueblo pequeño y agradable. Vimos por primera vez a unas chicas de la tribu HIMBA. Llaman la atención porque llevan el pelo decorado con barro, también la cara y cuerpo tienen el tono del barro rojizo con el que se adornan, los vestidos de cuero. Normalmente llevan el pecho descubierto. Cuando, los veía en postales pensaba que ya solo se vestirían así para los turistas, pero no siguen utilizando normalmente este atuendo y puedes encontrarles haciendo su vida normal, comprando el en supermercado…
Ésta sigue siendo zona de granjas, que ahora están perfectamente valladas (es curioso el gran número de tipos de vallado que se ven) y ya no se cruzan animales por la carretera.
Va cambiando el paisaje, colinas más verdes y arbolado. Las carreteras siguen estando desiertas. Nos cruzamos con algún carro tirado por tres borricos.
A lo lejos se ven los destartalados poblados de las granjas, imagino que de los trabajadores, siempre con un pequeño molino de viento, casas rectangulares con techados de chapajo.
En Khorixas paramos a comer en el único sitio que encontramos, que era el hotel, muy bonito con aves, pavos reales, avestruces y algunas aves exóticas más. Javi se fue a cortar el pelo a un peluquero local, primero quería que le hicieran alguna rasta, después de reírse un buen rato le dijeron que no, pero no se pudo resistir a un corte que ofrecían un su listado, corte con panga (machete). Al final el peluquero, que no había trabajado nunca con cabellera de hombre blanco, tuvo que pedir socorro a un experto que apareció con una maquinilla eléctrica. Al final corte de pelo al uno, pero todos contentos.
Esto lo dice Sofi:
“ Los Yanes una vez más vuelven a ganar. El pequeño Javi, al igual que su padre en Addis Abeba el año pasado, se ha dejado igualar las entradas por un peluquero local. ES MOFOSO”.
Por la tarde continuamos hasta Twyfelfontein, paramos a ver el bosque petrificado y la "euforbia mirábilis", esta planta puede llegar a vivir un par de miles de años y es muy curiosa. Sólo crece en el norte de Namibia y sur de Angola.
Un paisaje magnífico, Javi trepó hasta lo más alto de una montaña formada por grandes rocas redondeadas de color rojo. Por la carretera, artesanía local curiosa, colgantes con animales confeccionados de cuero. Algunas mujeres de la tribu de los Herero cortan y cosen muñequitas con la vestimenta de su tribu muy bien hechas.
Primer pinchazo del viaje, las ruedas ya no son lo que eran aunque conserven todavía algo de dibujo. Ponemos la de repuesto. Acampamos en "Abe Huab", recomendado por otros viajeros, otro sitio agradable y curioso. La verdad es que la gran mayoría de los lugares de acampada en Namibia son estupendos y este también lo era. Otra cosa que habían recomendado era cenar en un hotel, “el Country Lodge” a algunos Km, además allí tenían un pequeño taller de reparaciones y gasoil. En esta zona hay que tener cuidado con el combustible ya que esta poco poblada y debes comprobar siempre que tienes suficiente para llegar al siguiente lugar donde poder repostar.
El hotel, enclavado entre rocas rojas, de muy buen gusto, pero sobre todo la situación. Al decirnos el precio de la cena, 18 € intentamos lo que ha colado en muchas ocasiones, lo del "tour leader" (guía turístico) y al menos, que uno de nosotros comiera gratis. Pareció colar, nos fuimos a dar una vuelta y a ver los grabados rupestres por los que es famosa esa zona y que también hay en los jardines del hotel. Cuando volvimos, habían cambiado de opinión con lo que nos fuimos echando pestes de nuevo a nuestro campamento a comer de mala manera los escasos víveres de que disponíamos.

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