viernes, 13 de agosto de 2010

Cañonero 50
















12 agosto. Cape Town

Por fin esta mañana salió Javi a su excursión, nosotros fuimos al taller y nos recibieron diciendo: malas noticias, habían abierto el motor y están dañados los cilindros y había entrado agua, vamos que de pena. El arreglo una pasta y decidimos en ese momento no perder más dinero, pero sobre todo más tiempo con él. Pedimos que volvieran a colocar las piezas (nosotros les dimos una nueva junta de culata que llevábamos) y que, a ser posible, lo tuvieran para mañana y así entregarlo en aduanas para que nos liberaran el carnet de pasaje.
En el mismo taxi en que habíamos llegado al taller nos fuimos a aduanas. De lo que había leído Pepito de que aquí era fácil abandonar el coche, nada de nada.
Un funcionario muy educado y encantador nos dijo los requisitos:
1-Tres presupuestos de tres talleres con el importe de la reparación.
2-Tres presupuestos de navieras para enviar el coche de vuelta a España. (Había que demostrar que salía más caro reparar el coche o enviarlo de vuelta a España que el propio valor de vehículo).
3-Un transitario para las gestiones de la importación,
4-Pagar impuestos, unos 350 €.
5-Pagar los gastos que le ocasionase a las aduanas deshacerse del coche,
6-Entregar al Gobierno sudafricano el dinero que nos dieran en el desguace por el coche.
7-Fotos del coche, papeles fotocopias, etc.
Como veis una risa.
Pepito llamó al RACE y al banco, para asegurarse de que en caso de dejar el coche ilegalmente no habría problemas salvo perder los 900€ del aval y le aseguraron que el único problema era que perdería ese dinero. Estábamos pensando abandonar el coche en cualquier lugar de Sudáfrica.
El siguiente paso fue ir a ver agencias de alquiler de coches, fue divertido. Dimos con un tipo muy simpático que nos dio unos precios que nos parecieron muy baratos y con el que nos reímos un rato.
El siguiente encantador. Tanto, que en bajito nos mandó a otra agencia que era con mucho la más barata de la ciudad y efectivamente así era. Por alrededor de 30 € te dan un coche de cinco plaza con un buen maletero, seguro a todo riesgo y sin límite de Kms y pudiendo dejarlo en Johanesburgo por solo 40 € más.
Llamamos a Rhett (novia de Miguel, el de Burgos) y quedamos para cenar.
A media tarde regresó Javi de su excursión, encantado.
Habia visto pingüinos y focas. Además hizo un recorrido por el cabo de Buena Esperanza en bici, le dieron una comida según él horrorosa pero lo pasó muy bien.
Por fin Sofi consiguió entradas para el pase de moda de la Fashion Week. Yo me quité de en medio y fue Javi quien la acompañó.
El mundo de la moda con su tontería me cuesta soportarlo. Aquí se ven los mismos tipos payasos que se ven en España, pero Sofi disfrutó un montón y Javi también se lo pasó bien.
Fuimos a cenar con Miguel y Rhett a un sitio muy cerca de nuestro hotel. Estaba fenomenal, “Arnold” se llamaba. Lo pasamos bien y celebramos el cumple de Luis. (Los regalos le gustaron).
Para nuestro habituales horarios, esa noche trasnochamos. Llegamos al hotel a las 11h. y habían acomodado en nuestra habitación a dos chavalas.

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