domingo, 19 de septiembre de 2010

Cañonero 66







Este es un resumen del viaje frenético que llevamos Luisito y Yo (Pepito) desde que dejamos a Alegría, Sofía y Javi en Maputo:
Salimos zumbando de la capital de Mozambique a base de jornadas de coche de sol a sol.
Me ha encantado empezar a conducir de madrugada, todavía de noche, circulando por la carretera y atravesando pueblecitos a la hora del amanecer, cuando todo empieza a cobrar vida.
Paramos un día entero en el Parque Nacional de “Gorongosa”. Se nota que se está recuperando de los largos años de guerra. Tras recabar información acerca de las carreteras del norte de Mozambique decidimos tirar por la costa directamente a Tanzania en lugar de pasar a Malawi. Se trata de una zona remota y que de momento apenas ha sido tocada por el turismo. Se atraviesa el Zambeze, el Limpopo y otros ríos de tamaño “familiar”. Los paisajes de arboleda se convertían en palmerales cuando la carretera se acercaba a la costa.
Entramos a Tanzania por el puente nuevo sobre el río Ruvuma. Ha sido inaugurado por los presidentes de ambos países en Mayo de este año y apenas tiene movimiento.
Pasada rápida por Dar es Salaam con atascazo incluido. Llegamos a la meta,
Arusha, el martes el 31 de Agosto. Los curas tenían que traer a esta ciudad
a dos españoles un día y medio después con lo que decidimos no ir a
Mangola y esperarlos para hacer la transferencia del coche. Aprovechamos
para visitar el Parque Nacional “Tarangire” (sugerencia de Luisito). Al día siguiente,
mientras Miguel venía con los dos españoles, Luis y yo empezamos la
tramitación con Novatus Rumanyika, el Jefe superior de Aduanas. Si la gestión que hicimos en Junio Alegría y Yo fue lenta y ridícula, la de esta vez ha sido de alucinar. Toda la mañana para estampar el puñetero CPA (el pasaporte del coche) en el más genuino estilo africano: es decir lento y mal hecho.
Total que para cuando llegó Miguel la gestión estaba hecha y tras hacer entrega de las llaves del coche -donación para la misión de mangola-
nosotros salimos escopetados a pillar el shuttle bus a Nairobi.
Llegada a la capital de Kenia, noche en el camping y de madrugada matatu al centro de la ciudad a pillar el primer bus a Kampala. 14 horas de “guagua”. Al llegar
empalmamos con otra que iba a Kisoro. 9 horas de bus nocturno con 5
asientos por fila y confort africano a tope. Intentamos pasar a Ruanda
a ver gorilas pero no nos dieron la visa. Había que haberla solicitado por
Internet (asquerosa Ruanda). Volvimos de la frontera a Kisoro (unos 10 Kms en taxi-moto), donde también se organizan visitas a los gorilas y tuvimos la suerte de
encontrar una plaza para el día siguiente. Objetivo cumplido, ¡Luisito podría ver los gorilas!. Hecho esto, agarramos el bus nocturno de las 7 PM para pasar otra nochecita toledana de vuelta a Kampala y ya de madrugada empalmar con otro autobús hasta Nairobi.
El día siguiente lo dedicamos a las consabidas compras (de kikois) y por la noche avión de vuelta a España.

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