viernes, 3 de septiembre de 2010

Cañonero 61







<






















23-8-2010 Maputo.


Por fín esa mañana conseguimos comunicar con sudáfrica y reservar habitación en un "backpackers" y un coche que nos fuera a recoger. El chico que nos atendío fue encantador y dijo que se pondría en contacto más adelante para facilitarnos los datos del taxísta y el lugar de la cita.

Nos fuimos Sofi y yo con Pepe a Maputo para hacer gestiones. Lo primero comprar un nuevo neumático para Cañonero. Uno de los traseros estaba muy liso. Después Pepe se fue hacer un apaño en el ventilador y a cambiar el aceite al coche.
Fuimos a un Mall indio donde al menos encontramos un internet que funcionaba bastante bien. Nos tocó esperar a Pepito más de media hora, cuando llegó nos contó que había tenido serios problemas para dar con un sitio en que le cambiaran el aceite y lo consiguió al final acabando en una zona de chavolas y un tipo sin taller ni nada haciéndole el servicio.

Era nuestro último día en Mozambique y habíamos quedado para darnos un homenaje final de marisco, pero cuando íbamos hacia la playa tuvimos una nueva sorpresa con el coche.
La presión del aceite a cero, paramos pensando que no habrían apretado el tapón, pero el aceite se escapaba por el filtro. Una desesperación; ahora a buscar el antiguo filtro y antes al mecánico que lo había cambiado, en mitad del barrio de chavolas. Parecía misión imposible. Rellenamos con aceite nuevo y llegamos hasta la casa.
Con este panorama, la comida parecía que iba a quedar deslucida. Nos la sirvieron tarde justo el día que tenía que ser rápida. Había que solucionar el problema de "cañonero" esa misma tarde porque a la mañana siguiente teníamos que estar en Maputo a las 7h. para coger el bus a Johannesburg. Aún así conseguimos reirnos y lo pasamos bien. Comimos buen marisco y buenos postres como despedida.
Pepe, con la ayuda de un taxista, pudo solucionar bien y pronto las cosas. Primero fue a otra tienda de recambios donde no tenían el filtro que buscaba (había medido en el bloque motor las dimensiones del filtro correcto porque no tenía la muestra), volvió a la tienda donde compró el filtro por la mañana. El hombre le aseguró que le había vendido un filtro igual al que traía y movilizó por allí al personal. En pocos minutos apareció el mecánico con la pieza vieja. Comprobaron que, efectivamente, era el mismo filtro que llevaba Cañonero por la mañana y que el problema había sido en un cambio de aceite anterior, posiblemente en Zambia. Atando cabos nos dimos cuenta de que ese fue el problema que tuvimos cuando se llenó el motor de aceite y no sabíamos por dónde salía. Pepe seguía sufriendo pensando que el motor había podido sufrir daños por circular con problemas de lubricación.
Aprovechamos la tarde comprando unos cestos-baules para nuestro equipaje. Matábamos dos pájaros de un tiro. Los utilizaríamos como bolsas de viaje y además estos cestos nos servirían en España. Nos cupo todo de sobra y no eran muy pesados, pero sí poco manejables.
De nuevo agasajo de despedida, en esta ocosión pretendimos ir a la pizzería que tanto le había gustado a Javi pero estaba cerrada y de nuevo cenamos en el Costa do Sol.
Creo que no pasamos buena noche ninguno, yo me despertaba contínuamente, imagino que por los nervios del viaje del día siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario